Conciencia con historia.

¡Qué día para el recuerdo!

El 21 de mayo, uno de esos pocos días de lo que va de año que lució el sol, teníamos organizada una actividad que iba condicionada directamete por la climatología, que afortunadamente nos acompañó. Preparamos una jornada de convivencia, conciencia y conocimiento de la historia; tres en uno podríamos llamarlo. La actividad empezó el día 21... ¡y se alargó hasta el día 22!

A primera hora de la mañana, los transportes llegaron al cole más cargados que de costumbre: sacos de dormir, botas de agua, comida, cojines, ilusión, maletas... Un montón de cosas que no son habituales en un transporte escolar, pero que eran necesarias para la ocasión. El día iba a ser largo... y la noche también.

Para comenzar, tuvimos que colocar todo en su sitio: los sacos aquí, la ropa aquí, las patatas allá, las esterillas así... para tener todo preparado. 


Rumbo a Ambasmestas
Nos pusimos la ropa y el calzado de faena, y a las 12 de la mñana cogimos los sacos para la basura, y nos pusimos en marcha hacia Ambasmestas, en donde nos esperaban montón de plásticos, basuras, ropas... que otros habían tirado antes demostrando su falta de educación y respeto. Allí cargamos más de 6 sacos de basura, y lo que allí quedó porque la hora de volver al cole a comer se nos echó encima. Una pena que la gente no tenga un mínimo de respeto por el medio ambiente, y cuidemos nuestro río Valcarce, que tanto nos da y tan poco se lo agradecemos.
A ver si con actividades como esta los vecinos de esta zona y de otras zonas van tomando nota, y empiezan a respetar un poco nuestro entorno. Nos asombró la variedad de basura que pueden tirar: calcetines, cintas de música, fundas, sacos de obra, latas...

Limpiando el río Valcarce
Limpiando el río Valcarce
Limpiando el río Valcarc
Limpiando el río Valcarce
Limpiando el río Valcarc
Bolsas y más bolsas de basura
Vuelta para el cole
 Al finalizar la jornada de la mañana, llegó la hora de comer y reponer fuerzas, pero con prisa y la vista puesta ya en la tarde. Sin demora, salimos de paseo río arriba, para jugar un poco en el agua. Disfrutamos así de un rato de diversión, gracias al río que antes cuidamos, ¡ahora estabamos jugando en él!

En una presa del río Valcarce
Paseo por el río


Y después del momento más ocioso, llegó la hora de la historia. Fuimos al cole a cargarnos de provisiones y poner calzado cómodo, porque era la hora de subir caminado hasta el Castillo de Sarracín. Hasta allí una bonita subida, disfrutando del paisaje y del entorno.
Subiendo al Castillo

Para este momento, se unieron a nosotros dos arquitectos del pueblo que están trabajando por la restauración y conservación del castillo: Fidel Ramón y Jesús Mártinez. Nos dieron una bonita y amena explicación de la historia del Castillo: sus constructores, los años que hace que nos vigila, quien vivió en él... ¡y nos enseñaron una espada de los antiguos caballeros! Primero nos explicaron la parte exterior del castillo, desde el foso. Luego ya nos adentramos en él y allí nos hablaron de los espacios, la defensa del castillo, las puertas secretas... Y disfrutamos de unas preciosas vistas desde lo más alto.
En el foso del Castillo atendiendo a la explicación
Jesús y Fidel en su explicación
Observando el Castillo desde el foso


Entrando en el castillo
Disfrutando del interior del castillo

Vistas desde el Castillo

Después de pasear, aprender y merendar, toca la hora de volver al cole, con una parada por el camino para saludar a una pequeña cabritilla. 
Al llegar al colegio, nos repartimos en grupos. A unos les toca la hora de la ducha, mientras otros es el momento de ir hasta la "Fuente del Payeiro" a por agua fresquita para la cena. Así que dicho y hecho.
A la vuelta de la fuente, ya cargando con el agua

El día va llegando a su fin, pero no por eso nosotros ya hemos terminado. Todavía nos toca hacer la cena, así que a sacar todo lo que fuimos llevando y a preparar las tortillas, ensaladas, embutidos, bizcochos... una cena merecida tras el largo día.
¡Menuda cena nos preparamos!


Y llega el momento de dormir. Así que todos a colocar su saco y cojín en la esterilla correspondiente, y a coger posiciones, a ver si somos capaces de dormir... Unos duermen más, otras duermen menos. Pero la experiencia es genial para todos, con ganas de repetir. ¡Qué guay dormir con tantos compañeros de habitación!
El merecido descanso



Y tras la larga noche, llega el momento de despertar. Unos con más energía que otros, pero todos contentos por la jornada vivida, y con ganas de desayunar... así que toca prepararlo. Nos aseamos y vamos bajando para el comedor.
Los dos que más estiraron el sueño...
Nuestro "buffet"




Y llegados ya a la mañana del miércoles 22, toca un día más de cole, con más sueño que de costumbre pero con una nueva experiencia vivida, que esperemos que se repita.



2 comentarios:

  1. Que buena idea!!! Historia, cuidado del río, excursión, dormir fuera de casa....!!!
    Este día será de lis mejores recuerdos que tengan los niños del colegio.
    Enhorabuena por la idea y que suerte ser alumno o profesor/a en ese colegio. :-)

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  2. Genial!!
    Aprendiendo y divirtiéndose a la vez.
    Colaborando entre todos (profes y alumnos) para poder llevar a cabo las tareas....
    Que proyecto de educación más completo!

    Ojalá se empiecen a llevar a cabo este tipo de ideas más a menudo, y nos olvidemos de las aburridas clases en las que los chicos no hacen más que "cantar" lecciones.

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